Por Gaby Müller
Miembro del Consejo Asesor en Comunicación & Conducta Empresarial Responsable en Diagonal Asociación Civil
Imposible no recordar cuánto me marcó cuando era chica, escuchar a la genial Cipe Lincovsky recitar a Bertold Brecht, su oda “Primero se llevaron”, que habla de la indiferencia de la sociedad ante los problemas de los otros, sólo hasta que “les toca” y –parafraseando a BB– “ya es tarde”…
En 34 años de carrera profesional (y ojo que hablo de PROFESIONAL y me refiero a una ACTITUD frente al trabajo, no a un título), vi a muchos decisores de contratación en empresas, con esa actitud de indiferencia al talento, mientras casi como “Mesías”, establecían (vaya a saber uno de dónde o por qué…) “reglas” que definìan quiénes –supuestamente- eran “los mejores”, “los elegidos”; y cual reguero de pólvora, rápidamente se expandía a todo el mercado:
“Estamos buscando hombres entre 25 y 35, buena presencia, bla, bla”, citaban los avisos.
“Si tenés entre 23 y 40 años, esta es tu oportunidad”, alguno mucho màs “arriesgado”…
Y, como uno estaba de uno u otro modo “dentro de las expectativas/requisitos” de los “gurúes” de RRHH, “no se importó” como escribió Brecht en 1933.
Sin embargo, ese verdugo silente al que llamamos almanaque, siguió sumando Eneros, y un día sin remedio pero también sin conciencia, me tocó “pasar los 40”, venir de muchos años de mercado y “no entrar en los stándares” de estos cráneos que osaban digitar la realidad del mercado desde un sillón cómodo de algún piso alto, donde ya no brillaba el cuadrito de su título de psicólogo de hace más de 20 o 30 años…
Y allì me vi teniendo que agradarles, dando exámen de todo lo que sabía y había hecho, de todas las ganas e inquebrantable compromiso que tenía, para escuchar frases TAN crueles como “sí, pero buscamos chicos recién recibidos”, “buscamos gente con hambre de gloria” o una de las peores: “estás over skills” (como si fuere otro lastre la capacitación, como si fuese poco con “el grillete” de pasar los 40…)
Tras 5 años de rearmarme como pude, con un hijo chico a cargo, reinventando la rueda y el fuego cada día, en esas largas mañanas sin rumbo, me animé a escribir un nuevo perfil que tenía más que ver con mi vocación y misión de vida, aunque no me resignaba a tirar los veintipico de años de empresas por la borda. Así nació mi trabajo de hormiga de concientización en Responsabilidad Social Empresaria, donde GRATIS, evangelizaba acerca de la necesidad e importancia de patear el tablero y barajar y dar de nuevo en materia de cuidados de las PERSONAS en las organizaciones.
A mis 46, llegaría alguien de otro país (otro mercado) a decirme que “necesitaban a una MUJER como yo”… pero que la contracara sería, que los otros 3 candidatos, eran hombres y más jóvenes… y después de largos 50 días, llegó la noticia absolutamente inesperada (después de mil “noes”): sería la nueva “Gerente General”? En serio? Yo? Una mina de 46 años?... parecía una cámara oculta.
Más complejo era de comprender ya que quienes decidieron mi contratación, eran todos hombres + 45… Sin embargo, rápido se develaría el misterio: NO es que “cambiaron” sus esquemas por arte de magia, es que aquella persona que me conocía de antes, pidió la oportunidad, porque sabía de mi talento. Confió en mí…
Corría 2016, y mis primeros pasos en Responsabilidad Social venían desde 2011. Sentí que era LA oportunidad de bajar a tierra todo lo que había investigado, escrito y soñado, y comencé a trabajar con líderes y responsables de RRHH, como una prueba piloto (sin que ellos supieran eran mis conejillos de indias), hablando de Diversidad & Inclusión, buscando copiar estándares internacionales, aliándome con Organizaciones que venían trabajando el tema desde hacía tiempo.
7 años y MIL charlas y eventos después, me doy el gusto de contar con muchos aliados, tengo el placer de vivir el cambio de ser protagonista y testigo de la ruptura de las viejas estructuras y el nacimiento de un nuevo orden.
Pandemia mediante, disfruto ver 12 años de trabajo contando que “ser responsable es rentable” realizados en anuncios sin edad, CV sin fotos, personas con discapacidad siendo felices dentro de empresas que los valoran y cuidan, multiracialidad, multi credo, DDHH respetados, mujeres en puestos decisivos, licencias de paternidad, manuales de violencia laboral… en síntesis: empresas comprometidas, dinámicas, amplias.
Hoy disfruto escribiendo este artículo para Diagonal a los 53, plena, llena de agenda para dar estas charlas, viviendo en carne propia cuántos colegas +45 y +50 se despertaron, cuántos están tranquilos y felices brillando en organizaciones, cuántos start up que hablan de edadismo y promueven el mega valor de un tropa de genios esperando hacer crecer empresas, esperando darlo todo, hay.
Más disfruto haber sido madre en medio, y que la generación de los centenials como mi hijo, nos obligue a “abrir el bocho y el corazón” y dejar de lado los mil prejuicios, creencias y mandatos de la cultura organizacional, para dar lugar a un nuevo orden donde de verdad, los negocios sean –como dice mi perfil– “P to P”: de personas para personas.
No te podés quedar afuera porque ahora “vinieron por vos” y NO es tarde!
En esta realidad en constante cambio, es fácil sentirse abrumado por las incertidumbres del futuro laboral, pero en Diagonal, vemos estos retos como oportunidades de crecimiento y reinvención.
Emprender en Argentina es más bien un acto de valentía, es un canto a la libertad y a la creatividad sin límites. Hoy para mí es la única manera que encuentro para expandir mi potencial creador.
Inspire Inclusion nos anima a reconocer las perspectivas y contribuciones únicas de las mujeres en todos los ámbitos de la vida, incluidas las de comunidades marginadas. Nos insta a trabajar en medidas para derribar barreras, para desafiar los estereotipos y crear entornos donde todas las mujeres sean valoradas y respetadas.